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ENRIQUE PUERTAS, PROFESOR DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA UNIVERSIDAD EUROPEA

ENRIQUE PUERTAS, PROFESOR DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA UNIVERSIDAD EUROPEA

 

UNIVERSIDAD EUROPEA

 

Enrique Puertas es profesor de Inteligencia Artificial y Big Data en la Universidad Europea y autor de numerosas publicaciones científicas en revistas y congresos. Ingeniero en Informática y Doctor en Tecnologías de la Información Aplicadas.

 

En algunas calles empiezan a verse robots caminando por las aceras… ¿cómo se está implementando la IA en este tipo de empleos? ¿falta legislación en este campo?

 

En el caso concreto de los robots repartidores, las iniciativas que existen hoy en día son prototipos y sistemas en pruebas, y por tanto no podemos hablar de este tipo de sistemas como algo ya plenamente funcional. De hecho, en las pruebas, que se han realizado en algunas ciudades han aparecido problemas técnicos, normativos, e incluso sociales que hacen difícil que en el futuro cercano puedan sustituir a los repartidores «humanos»: Hemos visto robots que se quedan bloqueados sin saber cómo avanzar por culpa de las condiciones climáticas, o por irregularidades en las aceras, y robots que se estorban entre ellos. También está el problema de la falta de regulación y normativa, ya que en muchas ciudades no existe nada al respecto, y algo tan básico como la responsabilidad civil en caso de un accidente tampoco está bien definida. Por último, en algunos países (España, por ejemplo), hay que tener presente el problema del vandalismo, que puede hacer que este tipo de soluciones sea inviable.

 

¿Puede ser beneficiosa la Inteligencia Artificial en entornos en los que no la visualizamos, como el sanitario?

 

Por supuesto. La Inteligencia Artificial está ya presente en prácticamente todos los sectores: retail, logística, finanzas, seguros… y por supuesto en sanidad, tanto en la parte clínica como en la de gestión. Ya hay sistemas de IA que son capaces de predecir la aparición de patologías o diagnosticarlas con una precisión incluso superior a la de los médicos en algunos casos. En Estados Unidos ya se ha aprobado por la FDA el uso de modelos de inteligencia artificial para diagnosticar la retinopatía diabética, por ejemplo. Pero la IA puede ayudar no sólo en la detección de enfermedades, sino también en hacer que el sistema sanitario más eficiente. Por ejemplo, ya hay hospitales en España que utilizan modelos de Inteligencia Artificial para que cuando a un paciente se le da cita con un especialista, analizan de forma automática las notas de atención primaria, y sugieren las pruebas analíticas que el sistema estima, con una altísima precisión, que el especialista va a necesitar para atender al paciente. De esta forma la persona llega a consulta ya con sus resultados de pruebas y el médico puede hacer un diagnóstico inicial. En el procedimiento tradicional, en la primera consulta con el especialista, lo que ocurre es que éste solicita las pruebas y emplaza al paciente a una segunda consulta. Con la Inteligencia Artificial se ahorra tiempo, recursos, y se mejora la atención al paciente.

 

¿Se puede atribuir una persona el trabajo realizado con IA? ¿Y se deberían cobrar más baratos, o más caros estos trabajos?

 

Depende. ¿Se puede atribuir a una persona el trabajo realizado con Photoshop o Word? ¿Deberían cobrarse más baratos o caros los trabajos hechos con Photoshop o Word en vez de con pinceles, o papel y pluma? Lo que quiero decir con esto es que, en el fondo, la Inteligencia Artificial no deja de ser una herramienta. La IA por sí sola no escribe ni dibuja si nosotros no le damos las instrucciones iniciales de lo que queremos que haga. Por tanto, lo que permite es que el proceso sea más rápido y eficiente, pero la parte creativa inicial sigue siendo «humana».

 

La IA generativa es algo bastante novedoso, con penas un año de vida. Al final el tiempo dirá el precio y el valor (no confundir esos dos términos) de las obras que se han creado usando inteligencia artificial.

 

De hecho, muchas IA son creadoras de contenido, generando nuevas imágenes y textos. ¿Está en peligro la creatividad?

 

No, para nada. Como he dicho antes, la IA es una herramienta, pero al final es la persona la que debe dar las instrucciones de lo que quiere. No es lo mismo decir que genere «un retrato de medio cuerpo con luz de estudio usando una lente de 150mm con una estética art nouveau y efecto bokeh»… que otro tipo de instrucción. Lo primero es que hay que tener conocimientos de fotografía, composición, ilustración… y sobre todo creatividad para que la instrucción genere una imagen que realmente quede estéticamente bien. Estos sistemas vana ayudar a que la gente creativa pueda crear obras de una forma diferente, pero la creatividad va a seguir estando ahí.

 

¿Estamos cerca o lejos de crear una IA capaz de ‘sentir’? En este sentido, ¿cómo se enseña ética a una IA cuando ni siquiera los humanos estamos faltos de ella muchas veces?

 

Hay iniciativas y proyectos que trabajan justo en esa línea, pero no perdamos de vista de que la Inteligencia Artificial aprende a partir de datos. Si los datos contienen sesgos, o comportamientos no éticos, la IA aprenderá esos malos comportamientos. Por eso es tan importante trabajar en garantizar que la inteligencia artificial aprende con datos de calidad, y eso incluye datos que se han tratado para eliminar los sesgos y errores que pueden contener. Este es uno de los grandes retos hoy en día, ya que a esta parte tan importante no se le está prestando la suficiente atención por parte de algunas empresas e instituciones.

 

ChatGPT, con millones de usuarios y una inversión billonaria, se está convirtiendo en el fenómeno del 2023, bajando la IA de los laboratorios a la vida corriente. ¿Es esto algo positivo? ¿Por qué?

 

Un sistema que permite mejorar y hacer de forma más productiva tareas rutinarias, desde luego que es positivo. Retomando la idea que he comentado anteriormente, lo que nos va a permitir (de hecho, ya lo permite) es mejorar en cosas como la búsqueda y obtención de información, la traducción de documentos, la solución de errores y mejora de la asistencia a clientes, la planificación y organización de tareas… chatGPT no deja de ser una herramienta que podremos utilizar para hacer determinadas cosas de forma más rápida (o distinta).

 

 ¿Disponemos ya de aplicaciones de IA que puedan beneficiar a la sociedad en su conjunto?

 

Estamos viviendo un nuevo boom de la inteligencia artificial en los últimos años, pero la IA existe desde los años 50, y la tenemos en programas que usamos en nuestro día a día. Lo que pasa es que la IA se ha integrado de forma transparente y a veces no somos conscientes de que está ahí. Por ejemplo, cada vez que buscamos algo en internet, el sistema que tienen por debajo los buscadores es un modelo de inteligencia artificial. Cuando entramos a una plataforma de video y nos recomienda películas que nos podrían gustar, eso es un sistema de inteligencia artificial. Cuando queremos comprar un producto o servicio y vamos a un comparador de precios, eso es un sistema de inteligencia artificial. Por no hablar de otros usos más específicos como pueden ser la predicción de ventas o stock de los comercios, el mantenimiento predictivo de maquinaria en fábricas… la concesión (o no) de préstamos hipotecarios… todo esto son sistemas que ya están muy presentes en la sociedad y que nos están impactando sin que seamos conscientes de que por debajo hay sistemas autónomos basados en IA. Por eso no debemos ver la inteligencia artificial como algo de futuro o ciencia ficción, ya que vivimos rodeados de este tipo de sistemas.