AGENCIA: HAIKU COMUNICACIÓN
El 17 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, promovido por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM) desde 2008 con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de dormir bien. Pero ¿y si además pudiésemos elegir soñar bien? Para aprender a inducir los sueños mediante diferentes técnicas, el psicólogo zaragozano Miguel Gasca acaba de publicar el libro “Soñar lúcido” (Arkano Books, 2023).
Los sueños lúcidos son aquellos en los que somos conscientes de que estamos soñando, casi como la exitosa película protagonizada por Leonardo DiCaprio “Origen”. Aunque el conocimiento de su existencia se remonta a muchos siglos atrás, no fue hasta los años 70 cuando se descubrieron todas sus ventajas terapéuticas: nos trae de vuelta mayor consciencia a nuestra vida de vigilia y, en consecuencia, nos ayuda a disfrutar de una existencia más plena y con más sentido.
Miguel Gasca, es psicólogo colegiado especializado en el estudio de sueños lúcidos. Además, es funcionario de prisiones y desde 2005 facilita ayuda psicológica a personas atrapadas en una crisis vital, destacando su labor en una comunidad terapéutica de reclusos internos con problemas de adicciones, donde ha podido incorporar los sueños lúcidos como recurso de tratamiento. En 2007 creó el blog Soñar Lúcido y en 2019 fundó la Asociación Internacional de Onironautas (AIO).
¿Cómo descubriste los sueños lúcidos y cómo acabaste especializándote en ellos?
Los descubrí en julio del 2013, por un amigo que me habló de ellos. Me pareció un asunto lo suficientemente interesante cómo para querer saber más y estuve leyendo libros, buscando información para inducirlos, practicando, y durante varios meses no obtuve ningún resultado.
Sin embargo, el 27 de diciembre del 2013, algo ocurrió que en mitad de un sueño me di cuenta de estar soñando. La experiencia fue tan absolutamente increíble y extraordinaria, que decidí dedicar parte de mi tiempo a investigar los sueños lúcidos más a fondo, tanto desde el punto de vista personal, explorando donde estaban los límites del sueño lúcido y qué se podía hacer, como desde un punto de vista objetivo desde un marco científico.
Cuatro años más tarde, en el 2017, tomé la decisión de crear la web soñarlucido.com con el objetivo de divulgar el fenómeno de los sueños lúcidos, y formar a otras personas para que pudieran aprovecharlos como herramienta de desarrollo personal.
¿De qué manera puede ayudar a las personas en su desarrollo personal el ser conscientes y controlar las acciones de su sueño?
La primera utilidad por la que suelen interesarse aquellos que quieren desarrollar su capacidad para soñar lúcido, es para experimentar eventos que en vigilia serían imposibles por las limitaciones del mundo físico. Por ejemplo, volar, respirar bajo el agua, viajar a otros planetas o tener súperpoderes. Al despertar, la persona sabe que lo que ha experimentado no es real, ha sido un sueño. Pero la sensación de plenitud, empoderamiento o confianza que se siente en el sueño, se mantiene una vez que ha despertado. Esa sensación tiñe la experiencia de vigilia y permite abordar los eventos del día a día desde otro lugar.
También son útiles para el desarrollo de la creatividad, ya que el mundo onírico puede ofrecer inspiración al conectar distintos elementos de maneras no ordinarias, y eso puede ayudar en la resolución de problemas o en la elaboración artística.
Pueden ayudar a superar pesadillas, miedos y fobias, aportando un escenario absolutamente inmersivo, con el mismo nivel de realismo que la realidad que estamos percibiendo en este momento, pero con la seguridad y el grado de control que proporciona el saber que cuando uno quiera puede despertar.
Por último, para aquellas personas que estén interesadas en el desarrollo espiritual, el sueño lúcido es un territorio muy rico para explorar ese ámbito. En ese sentido me encanta la frase de Stephen LaBerge, uno de los referentes en el estudio del sueño lúcido, que dice “Sueño para saber quién soy, más allá de quien sueño que soy”.
¿Se están incorporando cada vez más las técnicas de desarrollo de este tipo de sueños en las terapias?
El trabajo con los sueños ha estado presente como herramienta complementaria dentro de diversos marcos terapéuticos. Desde el psicoanálisis hasta la psicoterapia transpersonal, pasando por el modelo cognitivo-conductual, Gestalt y terapias de tercera generación como la terapia cognitiva basada en mindfulness.
Es precisamente este movimiento del mindfulness que ha tenido un crecimiento muy pronunciado en los últimos 20 años, lo que ha llevado a abrir la puerta al sueño lúcido como herramienta terapéutica. De alguna manera, cuando la persona encuentra que, tal y como propone el mindfulness, el desarrollo de la consciencia en vigilia le proporciona bienestar, la derivada natural es llevar el desarrollo de la consciencia al mundo del sueño.
Esto no es algo nuevo, ya que al igual que las prácticas de mindfulness beben de técnicas ancestrales del budismo, éstos últimos ya contemplaban el desarrollo de la consciencia en el dormir y el soñar que se conoce como yoga del sueño.
¿Ayudan a un perfil concreto de personas?
Los sueños lúcidos pueden ayudar a cualquier persona que tenga interés en descubrir qué ocurre en esas 2 horas diarias que dedicamos exclusivamente a soñar.
Por otra parte, hay un perfil de personas que tienen una mayor predisposición para tener sueños lúcidos. Personas creativas, imaginativas, con cierta tendencia a la introversión y a la introspección y que de forma natural recuerden sus sueños suelen tener más facilidad para tener sueños lúcidos. Aunque es cierto, que cualquier persona puede mejorar su capacidad con el entrenamiento adecuado.
¿Puede llegar a tener un efecto negativo el abuso de inducción de este tipo de sueños?
Los sueños lúcidos tienen un riesgo muy bajo, prácticamente nulo. Efectivamente cómo todo abuso tiene efectos negativos. Alguien que perciba que su vida de vigilia es gris, aburrida y dedique demasiado tiempo a fomentar la lucidez en sus sueños está optando por una vía de escape que, en último término, no está solucionado el problema en su origen. Sin embargo, en ese caso el efecto negativo no viene dado por el sueño lúcido en sí, sino con el deseo de evasión y de ocultación del problema en su raíz.
También aparece en algunos medios que la práctica del sueño lúcido puede llevar a la persona a confundir la realidad de vigilia de la realidad del sueño. Eso es tajantemente falso. Lo que de hecho ocurre, es que las personas que entrenan para desarrollar su capacidad de soñar lúcido mejoran su capacidad de distinguir su estado de vigilia de su estado del sueño. Ese es precisamente el objetivo: dejar de vivir la vida de vigilia como si estuviéramos dormidos, y la vida del sueño con la misma lógica que cuando estamos despiertos.
En este sentido hay casos de personas con trastornos psicóticos, que habitualmente suelen sufrir confusión entre su experiencia interna y su experiencia externa, en los que el trabajo con el sueño lúcido les ha permitido mejorar esa problemática. Personalmente he acompañado a varios de estos casos, y aunque es cierto que hay que adaptar la práctica al caso concreto e integrarlo en un marco terapéutico adecuado, los sueños lúcidos también tienen un potencial terapéutico para estas personas.
¿Es necesaria la intervención de un profesional para la interpretación de los sueños lúcidos?
Para la interpretación de un sueño lúcido se pueden aplicar básicamente los mismos criterios que para la interpretación de un sueño ordinario, aunque se pueden utilizar además algunas técnicas específicas para obtener significado del propio proceso de lucidez.
Si la persona tiene ya conocimiento en el trabajo con el significado de los sueños, o participa en algún grupo cuyo objetivo sea explorar este aspecto, el sueño lúcido y su interpretación se puede incorporar de forma natural sin necesidad de un profesional que supervise.
Sí recomendaría el acompañamiento de un profesional cuando se quiere trabajar algún asunto relacionado con malestar psicológico, salud mental o emergencia espiritual.
¿Crees que el mundo de los sueños tiene la relevancia que merece en la sociedad? ¿Y en la psicología?
Por el estilo de vida de la sociedad occidental, en el que se prioriza la productividad, y la velocidad y el estrés impregnan el día a día, los sueños y el dormir han sido marginados. Los sueños suelen verse como algo sin importancia o incluso tonterías sin sentido, y el dormir como un obstáculo a la capacidad de producir.
No es casualidad la estadística que dice que entre un 10-15% de personas sufren de insomnio crónico. Y esos datos suben hasta un 25-35% que sufren de insomnio transitorio (según la Sociedad Española de Neurología).
En muchos casos, el insomnio se trata con benzodiacepinas y de hecho, España lidera el consumo mundial de benzodiacepinas para el insomnio y la ansiedad. No es algo de lo que debamos estar orgullosos. Entre otras cosas, estos fármacos, aunque ayudan a conciliar el sueño, también suprimen el sueño REM, que es la fase del sueño donde soñamos principalmente.
Debemos reclamar el derecho natural a dormir y a soñar, y cada vez hay más movimientos que reivindican esos espacios de descanso y experiencia onírica.
Desde la psicología se hace un especial hincapié en la necesidad natural de dormir y soñar para favorecer la salud mental y física. Y, desde el ámbito psicoterapéutico sí que hay cada vez un mayor interés por parte de los profesionales acerca de cómo incorporar el trabajo con los sueños en la terapia.
¿El descanso es el mismo en un sueño normal y con uno lúcido? ¿O se necesita mantener alerta la mente mientras se tienen?
Durante el sueño lúcido se da un estado de activación particular en el cerebro, que en los sueños ordinarios no aparece. Ese estado de activación no afecta al descanso. Es más, en muchas ocasiones, la persona que ha tenido un sueño lúcido se despierta con sensación de mayor energía y plenitud.
Pero, por otra parte, hay algunas patologías como la narcolepsia o la apnea del sueño, que llevan aparejado un sueño superficial o un sueño con muchas interrupciones. Eso impide un buen descanso, pero fisiológicamente también favorece que se dé la experiencia de darse cuenta de estar soñando.
Sin embargo, no es el tipo de sueño lúcido que buscamos los onironautas, en los que la profundidad y la estabilidad son mayores que en los casos de esas patologías.
En el último de los tres principios que desarrollas en el libro, hablas de sueño y tecnología. ¿En qué medida se pueden asociar los sueños con la tecnología?
Hasta el día de hoy han aparecido algunos proyectos de dispositivos que buscan facilitar la lucidez en el sueño. La mayor parte de ellos son máscaras o gadgets que detectan el momento en el que la persona se encuentra en la fase REM (fase en la que ocurren principalmente los sueños lúcidos), y envían una señal lumínica, sonora o táctil cuya finalidad es indicar a la persona que está soñando.
Por experiencia propia y por los testimonios de otras personas he de decir que estos dispositivos no son muy efectivos.
Sin embargo, aunque todavía no hay nada concreto, estoy convencido de que sueños lúcidos y tecnología van a ir de la mano. Algunas vías que se están explorando son la relación entre sueños lúcidos y realidad virtual (RV). Se ha publicado algún estudio en el que después de comparar un grupo que usa RV con un grupo control que no la usa, concluyen que el uso de determinadas apps de realidad virtual parece favorecer los sueños lúcidos. Pero falta mucha más investigación para dar solidez a esas conclusiones.
En mi práctica personal he probado durante algunos períodos a experimentar el efecto que tiene en mis sueños, el uso de RV, y he encontrado que determinadas habilidades como el vuelo en los sueños, han mejorado después de haber practicado el vuelo en una app de RV.
Es probable que ese efecto de la RV sobre el sueño lúcido tenga que ver con lo que se conoce como Game Transfer Phenomena, que consiste en la transferencia de elementos o habilidades adquiridas en los videojuegos a la vida real. O en este caso, a la vida onírica.
No obstante, hay muy poco publicado al respecto y es un campo que todavía le queda mucho recorrido.
Por otro lado, el crecimiento exponencial de la Inteligencia Artificial (IA) en los últimos tiempos, hace prever que de alguna manera sueños lúcidos e IA se van a conectar. Una posibilidad es que se desarrolle una IA que ayude al onironauta a detectar patrones personales que favorecen sus sueños lúcidos, y eso le permita optimizar la presencia de esos patrones. En esta línea estamos trabajando en un proyecto, pero todavía está en una fase muy incipiente para saber si puede ser realmente útil.
Sin embargo, la progresiva incorporación de la IA en distintos ámbitos creo que va a suponer un impacto tan grande en nuestras vidas, que es difícil anticipar de qué forma va a influir en nuestros sueños o en la lucidez de estos.
¿Cuántas de estas pautas sigues en tu día a día?
Hay varias prácticas que ya tengo incorporadas como un hábito en mi día a día, como son escribir y leer el diario de sueños, la meditación formal, y la reflexión crítica. Esta última consiste en preguntarse durante el día, en diferentes ocasiones “¿Estoy soñando?”. Eso favorece estar presente en el presente, que es una característica muy positiva para estar también presente en el presente cuando estamos soñando.
Después, en función de lo demandante que sea mi vida de vigilia en cuanto a responsabilidades laborales o familiares, puedo dedicar más o menos tiempo a técnicas específicas o a experimentar con métodos complementarios como los onirógenos, que son hierbas que influyen en los sueños. Algunas de las más populares son la calea zacatechichi, la artemisa o incluso el orégano.
¿Podrías contarnos una anécdota de un sueño lúcido que te haya marcado?
Uno de los asuntos que más me interesa del mundo del sueño lúcido, es explorar la posibilidad de acceder desde el sueño a información que el onironauta no conozca por su experiencia de vigilia. Bien sea información alejada en el espacio (visión remota, telepatía), o bien sea en el tiempo (sueños precognitivos).
Inicialmente el sentido común nos dice que eso es imposible, y que va contra toda lógica, pero mi experiencia personal y la enorme cantidad de testimonios de otras personas, me hace como poco, estar abierto a esa posibilidad. Además, aunque no son muy numerosos, hay algunos estudios científicos que estudian estos temas y sus conclusiones invitan a seguir ahondando en ello.
Para comprobar la posibilidad de acceder a ese tipo de información transpersonal, le pedí a mi hermano que metiera un objeto en una caja, y que me enviara la foto de la caja. Mi intención era buscar esa caja en un sueño lúcido y ver lo que había escondido mi hermano en su interior para después verificarlo en vigilia.
El caso es que el siguiente sueño lúcido que tuve olvidé el plan de acción de buscar el objeto en la caja, pero sí recordé que tenía que buscar a mi hermano para hacer una verificación. Le llamé en el sueño, y cuando apareció frente a mí le dije que le iba a decir un número entre el 1 y el 100 y que al día siguiente le llamaría para verificar si había recibido ese número de alguna forma. Le dije el número 63.
Al día siguiente, en vigilia hablé con él, le conté mi sueño y le pregunté si había recibido algún número. Me contestó que no le venía nada relacionado con lo que le contaba, y al azar me dijo el número 25. Así que aparentemente el experimento no había salido.
Le respondí que el número que le había dicho en el sueño era el 63, y entonces se sorprendió. Me mostró la caja en la que había guardado el objeto que debía descubrir, y en la parte interior de la caja estaba escrito el número 63.
Evidentemente eso no es prueba de que accediera a información transpersonal desde el sueño, ya que no se puede descartar la casualidad. Pero este tipo de experiencias invitan a seguir explorando acerca de los límites del sueño lúcido.
Y esa exploración resulta fascinante.